Quizá la mayor facultad que posee nuestra mente sea la capacidad de sobrellevar el dolor. El pensamiento clásico nos enseña las cuatro puertas de la mente, por las que cada uno pasa según sus necesidades.
La primera es la puerta del sueño.
El sueño nos ofrece un refugio del mundo y de todo su dolor. El sueño marca el paso del tiempo y nos proporciona distancia de las cosas que nos han hecho daño. Cuando una persona resulta herida, suele perder el conocimiento. Y cuando alguien recibe una noticia traumática, suele desvanecerse o desmayarse. Así es como la mente se protege del dolor: pasando por la primera puerta.
La segunda es la puerta del olvido.
Algunas heridas son demasiado profundas para curarse, o para curarse deprisa. Además, muchos recuerdos son dolorosos, y no hay curación posible. El dicho de que “el tiempo todo lo cura” es falso. El tiempo cura la mayoría de las heridas. El resto están escondidas detrás de esa puerta.
La tercera es la puerta de la locura.
A veces, la mente recibe un golpe tan brutal que se esconde en la demencia. Puede parecer que eso no sea beneficioso, pero lo es. A veces, la realidad es solo dolor, y para huir de ese dolor, la mente tiene que abandonar la realidad.
La última puerta es la de la muerte.
El último recurso. Después de morir, nada puede hacernos daño, o eso nos han enseñado.
[El nombre del viento - Patrick Rothfuss]
La habitación perdida...
Porque Spain is different, o de cómo siempre ha habido clases
Desgraciadamente, hasta para morir ( o que te maten ) hay clases.
Hace unos días abrían el telediario con una noticia impactante. El 17 de Octubre, a las 4:15 de la madrugada, un conductor ebrio, que condujo durante mas de 8 kms en sentido contrario, había chocado contra otro coche en el que viajaba un hombre de 58 años que circulaba correctamente. La noticia es trágica, pero lo que más me llamó la atención fue que en los titulares no se andaban con medias tintas, lo llamaban directamente "conductor borracho", que "ha matado" a otro conductor.
Según los medios: Presentaba un grado de alcohol en aire espirado de 1,11 miligramos por litro, mientras que a partir de 0,60 un conductor puede ser imputado por conducta delictiva.
hace ya un tiempo, el 29 de Mayo, cierto personaje famoso, decidió, como ya había demostrado delante de las cámaras en tantas y tantas ocasiones, que le gustaba cogerse una cogorza para "estar agustito", y luego volver a su casa en su coche haciendo el Fitipaldi. Ortega Cano se llevó una vida por delante, y también han demostrado que iba borracho, a una velocidad excesiva y que invadió el carril contrario.
Según los medios: El análisis de sangre efectuado al diestro por el Instituto Nacional de Toxicología dio un resultado de 1,26 gramos de alcohol cuando el límite máximo es de 0,5 gramos.
Ahora viene la gran diferencia, mientras el primer conductor lleva ya varios días en la cárcel, el segundo tras varios meses permanece en su casa mientras en las televisiones ( en las de siempre) insisten en que "pobrecito, que mal lo estará pasando" y que hay que dejarlo tranquilo.
¿Vale una vida más o menos según la mano que se la lleve por delante? ¿Por qué uno es un alma atormentada y el otro un asesino que no merece volver a ver la luz del sol? ¿ en qué carajo está pensando la gente que hay esperando a Ortega Cano y le aplaude al salir en lugar de gritarle asesino?
Like a Rock Star
Hace tiempo escuché una frase que me ha tenido toda mi vida con un temor sobre mí mismo, sobre si realmente cambiaría a pesar de no quererlo o, aún peor, que al final cambiaría porque querría hacerlo.
esa frase rezaba así :
El que de joven no es de izquierdas es que no tiene corazón, el que de mayor no es de derechas es porque no tiene cabeza.
He decidido que pienso hacer como las estrellas del rock, pienso morir joven y dejar un bonito cadáver, lo que ocurre es que aún no he decidido a qué edad voy a dejar de ser joven.
Cuando el alma se pudre
Eso es lo que pasa cuando las buenas obras no son rentables, al menos creo que eso ha ocurrido en la Obra Social de la Caixa, "el alma" de la Caixa, según rezaba el slogan.
Como todos los que entráis aquí alguna vez sabéis, soy conductor de la obra social de la Caixa, bueno, lo era, porque la Caixa ha decidido eliminar el proyecto.
Es curioso como para ser una "obra social", no le ha temblado el pulso para dejar en la calle a cientos de personas de una tacada. Estamos hablando de, por ejemplo, sólo en la provincia de Jaén, de 4 conductores y no estoy seguro si de 3 ó 4 monitores de los cursos.
Teniendo en cuenta que Jaén no es ni la provincia más poblada de España ni la más grande ( lo digo porque sé que en otros sitios había más trabajadores incluso) haced cuentas de cuántos se han quedado en la estacada... y no menos importante, a cuanta gente están dejando de ayudar desde principios de 2011.
Haciendo las cuentas rápidas yo tenía una media de 5 personas por curso ( en algunos 8 ó 9, en otros 3...), teniendo 6 cursos distintos cada 3 meses. Eso por los 4 años y 3 meses que he estado hacen aproximadamente un total de 400 personas. Y eso solamente yo. Multiplicad por ciento y pico conductores.
Y de esto no se ha hablado en ningún sitio ni ha aparecido en ningún medio de comunicación.
Hasta aquí todo eran números. Ahora viene la realidad.
Todo eso eran personas que, en mayor o menor medida NECESITABAN estos cursos. He visto personas que venían porque les quedaba un hueco en su apretada agenda de jubilados y he visto personas renacer con esto. Personas que llevaban encerradas en sus casas meses, incluso años, sin hablar con nadie porque no tienen familia o porque la tienen lejos o porque ni siquiera podían salir de su casa porque van en silla de ruedas. Mujeres a las que no les salía la voz del cuerpo y temblaban a cada paso que daban terminar en la fiesta del último día bailando y riendo a carcajada limpia.
Personas que pasaban sus días en residencias, cuya única ilusión era ver aparecer "el autobús azul". Ver gente mayor que está destrozada cómo cuida casi de forma maternal a una compañera aún más mayor aunque ésta esté mil veces mejor de salud.
Todo lo que había encima de esas cuatro ruedas era humanidad. Me han contado chistes, me han contado secretos, se han desahogado aprovechando que se montaban los/las primeros/as del turno para recomponerse justo antes de que se montara el siguiente, agradeciéndome mil veces cualquier mínimo gesto que yo hiciera por pequeño que fuera, ya fuera escucharlos, contarles historias o simplemente tender una mano para subir el último escalón.
En la lista de Schindler, Oskar Schindler al final de la película casi enloquece por no haber salvado a más personas, con tan poco para él como un alfiler de oro podía haber salvado otra vida, y otra, y otra...
Eso mismo me pregunto yo, a cuánta gente más podríamos haber ayudado sólo con otro curso más, otro año más...
No pretendo dármelas de ángel salvador ni mucho menos, porque en todo caso yo no sería más que otro de esos trabajadores de la fábrica de munición defectuosa al que han salvado durante un tiempo, sólo me planteo si no se podía haber hecho algo más. Esa es la palabra clave, MÁS.
yo también tengo mi particular lista, con todos los nombres guardados desde el primer día, aunque no me haga falta el papel porque recuerdo cada cara, y sobre todo cada gesto de todos y cada uno los que pasaron por ahí.
Me parece perfecto que haya diferentes proyectos en la Obra Social, pero eliminar algo así y poner muestras de maquetas de aviones... por un tiempo tuve fé en que la caixa fuera algo más que "un banco", pero no es así.
Sólo me queda que decir una cosa, que no por ser más conocida es menos real: quién salva una vida, salva al mundo entero.
Porque Spain is different...
Como tantas y tantas veces este país se caracteriza y se enorgullece de ser "different", y para bien o para mal, así es. En ocasiones muy contadas este país destaca por motivos ejemplares, otras por originales, y las más frecuentes por cosas surrealistas y estúpidas que solo ocurren aquí.
Os voy a contar una historia de la España más absurda, de esa España de catetos y panderetas (nunca mejor dicho) que nos caracteriza y que sucedió el 25 de Diciembre, día de Navidad, en el Hospital maternal de Jaén, en la planta de neonatos.
Como todos sabéis, hay dos prohibiciones básicas en cualquier hospital del mundo, que son la de no fumar, la primera, y guardar silencio la segunda. Pues en tan señalado día a algunos iluminados no se les ocurrió otra cosa que ir a celebrar la fiesta al hospital, un coro de unas 12 ó 15 personas cantando villancicos a viva voz ( a voz en grito sería más específico) acompañados de sus guitarras, zambombas y panderetas, mientras las enfermeras y personal del hospital les reían la gracia mientras dejaban atrás uno tras otro esos carteles tan típicos de "guarden silencio". Y hasta que no terminaron su repertorio no se fueron de allí...
Lo mejor de todo hubiera sido para completar la faena que se hubieran puesto a repartirle puros al personal para celebrar la navidad. Me parece muy bien que quieran llevarle algo de las fiestas a la gente que está hospitalizada, pero... con dos dedos de frente.
Porque España es de risa, y Jaén, de chiste... de los malos.