Hay pocas cosas invariables en la vida, y una de ellas es quien te toque como progenitores. Para bien o para mal es lo que hay.
Esto es un simple escrito para dejar claro que una madre nace, no se hace. Hay personas que tienen hijos y lo son. Hay personas que no tienen hijos pero son las "titas" de todos y otras que por mucho que quieran ser madres, ya pueden tener todos los hijos que quieran que nunca podrán llegar a serlo.
Después de toda una vida dándole disgustos. Cuando eres pequeño te lleva a cualquier sitio que tenga que llevarte, ya sea al colegio, a catequesis o a otra eterna consulta médica en la que te sientas a su lado y ves pasar horas mientras juegas con sus manos. Algo más mayor con los suspensos, las elecciones y las decisiones de futuro para verte prosperar. Y justo cuando crees que empiezas a devolverle algo de lo que te ha dado... Vas tú y le das la ostia más grande, voluntaria o involuntariamente. Pero ella no gira la cabeza, no pestañea, y simplemente sigue ahí, estando. Simplemente, como si fuera simple. Algo que nadie más ha hecho, se preocupa hasta de que no pases un fin de semana solo para que el excesivo silencio de tu casa no te aplaste, con la excusa de que tienes que ayudarle a algo. Y lo agradeces, aunque no lo digas. Y cuando llegas escuchas unas de las palabras que más te gusta oír y que más tranquilizan, un sencillo "hola hijo".
Nunca me he parecido en lo más mínimo a la mía pero, a la vez, es la persona con la que puedo compartirlo todo, porque sabe mejor que yo quién soy, sabe lo que soy, y no puedo admirarla más. Dispuesta, generosa, e incansable. Siempre está y como ya dije no hace mucho , como canta Elbicho en su canción "y no he terminado de aprender a caminar sin agarrarme a tí...". En cualquier situación nunca he dejado de pensar qué haría ella. Jamás podría hacer lo que pienso que ella haría, pero me da algo de valor. Y fuerza, la fuerza para poder con todo, con la fuerza justa o ya agotada, pero a continuar, porque hay quien lo necesita de tí.
Que es única ya lo sabe ( porque quién aguantaría dos como ella). Lo de abrazarla quedaría raro porque no soy de esos, ni podría invitarla a comer porque me diría que ya hace ella una pipirrana que sabe que me gusta. Así que haré algo que tampoco suelo hacer, pero soy capaz de hacerlo sólo. Dejarlo por escrito.
Porque una madre "nace", y la mía hoy cumple 30 años más que yo.
Felicidades.