Y dejará de ser un hombre.
Con la tragedia de hoy del naufragio de la patera en Lampedusa se ha vuelto a poner de manifiesto lo peor, lo más bajo, lo que se encuentra en las catacumbas del ser humano.
Ha muerto más de un centenar de personas que se sepa hasta ahora y hay más de 200 desaparecidos. La mitad de esos muertos son mujeres y varios niños.
Lo duro de esta noticia es que han pasado varios barcos, pesqueros y otras embarcaciones de la zona, y no sólo no ha ayudado a las victimas, sino que ni siquiera han avisado para que alguien pudiera hacerlo.
La excusa para eso ha sido que con leyes que puso en marcha Berlusconi, es delito ayudar a la inmigración, y eso podría haberse considerado ayuda.
Ahora imaginate que estás en la otra parte. Te ves obligado a huir de tu casa, porque en tu propia tierra eres un perseguido, no importa que seas un niño de 5 años, los conflictos bélicos no entienden de minucias. Huyes a donde sea para salvar la vida de tus hijos y te embarcas en un bote sin destino, y cuando ves que no vas a poder sobrevivir sin ayuda observas como los habitantes del sitio al que podrías llegar no sólo no te ayudan, sino que se quedan ahí, impasibles, sin decir nada, simplemente mirando como mueres, porque a fin de cuentas no van con ellos.
Aquí voy a poner unas palabras del Papa Francisco hace unos meses en otro naufragio en Italia, que bien sabe dios ( qué paradoja ) que no me gustan un pelo los religiosos ni nada que tenga que ver con ellos, pero de momento dice algunas cosas en los que otros no se han atrevido a meterse jamás, quizás porque no les importaba.
Esto decía: "¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos, por estos hombres que buscaban cualquier cosa para mantener a sus familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto… La ilusión por lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia hacia los otros, nos lleva a la globalización de la indiferencia. Nos ha quitado la capacidad de llorar”
Pero ¿ quién es el responsable de este comportamiento ? ¿el que promulgó una ley tan animal o aquellos que la cumplen sin el menor remordimiento de conciencia ?
A fin de cuentas estos hombres ya tenían su excusa para no hacer nada.
Con la tragedia de hoy del naufragio de la patera en Lampedusa se ha vuelto a poner de manifiesto lo peor, lo más bajo, lo que se encuentra en las catacumbas del ser humano.
Ha muerto más de un centenar de personas que se sepa hasta ahora y hay más de 200 desaparecidos. La mitad de esos muertos son mujeres y varios niños.
Lo duro de esta noticia es que han pasado varios barcos, pesqueros y otras embarcaciones de la zona, y no sólo no ha ayudado a las victimas, sino que ni siquiera han avisado para que alguien pudiera hacerlo.
La excusa para eso ha sido que con leyes que puso en marcha Berlusconi, es delito ayudar a la inmigración, y eso podría haberse considerado ayuda.
Ahora imaginate que estás en la otra parte. Te ves obligado a huir de tu casa, porque en tu propia tierra eres un perseguido, no importa que seas un niño de 5 años, los conflictos bélicos no entienden de minucias. Huyes a donde sea para salvar la vida de tus hijos y te embarcas en un bote sin destino, y cuando ves que no vas a poder sobrevivir sin ayuda observas como los habitantes del sitio al que podrías llegar no sólo no te ayudan, sino que se quedan ahí, impasibles, sin decir nada, simplemente mirando como mueres, porque a fin de cuentas no van con ellos.
Aquí voy a poner unas palabras del Papa Francisco hace unos meses en otro naufragio en Italia, que bien sabe dios ( qué paradoja ) que no me gustan un pelo los religiosos ni nada que tenga que ver con ellos, pero de momento dice algunas cosas en los que otros no se han atrevido a meterse jamás, quizás porque no les importaba.
Esto decía: "¿Quién de nosotros ha llorado por la muerte de estos hermanos y hermanas, de todos aquellos que viajaban sobre las barcas, por las jóvenes madres que llevaban a sus hijos, por estos hombres que buscaban cualquier cosa para mantener a sus familias? Somos una sociedad que ha olvidado la experiencia del llanto… La ilusión por lo insignificante, por lo provisional, nos lleva hacia la indiferencia hacia los otros, nos lleva a la globalización de la indiferencia. Nos ha quitado la capacidad de llorar”
Pero ¿ quién es el responsable de este comportamiento ? ¿el que promulgó una ley tan animal o aquellos que la cumplen sin el menor remordimiento de conciencia ?
A fin de cuentas estos hombres ya tenían su excusa para no hacer nada.