Manías mías

Suele ocurrir que a veces le tenemos manías o un cierto odio irracional a ciertas cosas o personas sin motivo aparente.

Como por ejemplo, como le he oído hoy a mi actual acompañante de trabajo ( esto es buenísimo ), su hijo le tiene "euforia" a los ascensores y por eso siempre sube andando.

Al igual que el protagonista de La vida es bella, Guido, decidió que él no dejaría entrar a su librería ni a los visigodos ni a las arañas ( ¿ a alguien no le caen gordos los visigodos ? ) yo desde hace tiempo tengo mis propias manías, a los canarios y a las cucarachas.



En cuanto el tema del animal pues es como todo, porque sí y punto, pero con los canarios se fue forjando poco a poco, mientras trabajaba en el servicio de atención al cliente de Movistar, donde te exigen que cada llamada dure un máximo de tiempo si no quieres meterte en un lío quiera lo que quiera el cliente.

- Sí, oiga que quería que me recitara la guia telefónica en verso y empezando desde atrás

- De acuerdo, pues preste atención que no me dará tiempo a repetírsela en los 3 minutos de limite que tengo...

Los canarios son gente tranquila por naturaleza, nunca cambian el tono, es más, nunca lo levantan, y mucho menos hablemos de acelerarlo. Parece que esas venas estén rellenas de Mimosín, pero aquí viene lo malo, y es que ni mis manías me pueden dejar tranquilo, porque ya habréis observado que uno de mis cantantes favoritos es Pedro Guerra.

Embajador de las islas donde los haya tiene ese tono que tanto me sacaba de quicio pero que no puedo dejar de escuchar en sus canciones, y me resulta casi una herejía oír como versionan alguno de sus temas sin acento y esa calma tan características.

En fin, nunca le hagáis mucho caso a una manía que le tengáis a algo, porque puede que os la tengáis que tragar.

Eso sí, las "costumbres" como vestirse siempre por la izquierda, dar nueve golpes en el colchón antes de dormir y demás parafernalias de individuo paranoide no le hacen daño a nadie, así que esas ¡me las quedo !