Mi soledad

Abandonada, sólo al principio, solitaria despues.

La soledad no es una maldición, es sólo otra opción. Una pequeña dama guerrera que lo aprendió por el camino rápido. Por fin alguien que me entendía.

Pero de repente todo cambió. Esto me ha partido por dentro y me ha quebrado, ensañándose, en tantos y tan pequeños pedazos que jamas intentaré siquiera reunirlos.

Por primera vez la oscuridad en la que me refugiaba me parece demasiado grande y,  creo, que jamás me atreveré a cruzar ese umbral de la soledad. Curiosamente si no es con tu silenciosa compañía, no es mi soledad.

Para el que no conozca la continuación de la frase, dice así:

Si no puedes deslumbrar con brillanteces al menos desconcierta con gilipolleces

Puede que este blog no te deslumbre, pero... al menos habrás pasado un rato pensando hasta darte cuenta de lo que realmente soy